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"Nada podemos esperar sino de nosotros mismos"   SURda

www.surda.se

 

 

28-04-2010

 

 

Claudia Porrini

 

Para nosotras y nosotros que significado tiene Raul Sendic ?

SURda

 

 

Buenos días para todas y todos . Es un honor y un orgullo participar junto a ustedes de este acto homenaje, en este caso como una voz que amplifica el sentir de una generación.

 

Nuestra generación de mujeres y hombres que nos incorporamos a la actividad política en la década de los ochenta, desde el movimiento estudiantil, secundario y universitario, o desde el movimiento sindical, barrial y cooperativo, sentimos que Raúl Bebe Sendic sigue siendo NOSTALGIA DEL FUTURO, y un referente que DIA A DIA está presente CUANDO SOÑAMOS Y CONSTRUIMOS UN PAÍS SOLIDARIO, PRODUCTIVO Y RADICALMENTE DEMOCRÁTICO.

Nosotras/os nos incorporamos a la actividad política en la lucha contra la dictadura militar, nuestra principal bandera era derrocar a un régimen autoritario y represivo, y que además había llevado al país a una de las crisis más importantes de los últimos 100 años, a un Uruguay sin futuro y sin nada que ofrecer para los trabajadores, la juventud y la sociedad en general; en ese contexto, también nos incorporamos a las organizaciones sociales en la lucha por la defensa de los derechos humanos, reivindicando la liberación de los presos políticos, y junto a madres y familiares, por la aparición con vida de nuestros compañeros y compañeras desaparecidas.

En esta búsqueda de una sociedad de derechos y con justicia social, muchos quisimos trascender las reivindicaciones sectoriales, y nos comprometimos con un proyecto político para construir la sociedad que soñamos; fue así que muchos jóvenes durante la década de los 80, nos incorporamos a organizaciones políticas en pleno proceso de reencuentro y reconstrucción.-

Cargados de planes, sueños y fantasías, iniciamos así un proceso de aprendizaje y práctica política orgánica y partidaria, donde encontramos un ámbito formidable para la formación, no solo política e ideológica, sino también en valores y en formas de comprometernos con la vida.

En este proceso fermental para todos/as, sin duda un hito fue compartir un espacio militante con Raúl Bebe Sendic, ya que nos marcó de una manera indeleble con una forma de pensar y actuar en política.

Reconocemos en Raúl Sendic, un compañero con una mirada profunda sobre el Uruguay, con una visión de desarrollo de largo plazo, y que nos invita a pensar el Uruguay de los próximos 20 o 30 años con optimismo; en este sentido, recordamos que en este país, durante la segunda mitad de la década de los 80, y luego de una de las peores dictaduras, la agenda de Raúl Sendic incluía temas como la robótica o los cambios en los procesos productivos, la ecología y la preservación del planeta, el impacto sobre los movimientos sociales, y el problema de la tierra, o también debatíamos a su iniciativa con cros como Ricardo Erlich sobre una “nueva” ciencia, la biotecnología.

Así comenzamos a comprender que política, era pensar y comprometerse con un proyecto de país futuro, cimentado en el estudio serio y profundo de la realidad; reconciliando política y ciencia, política y cultura; pero también, con una profunda ética de servicio y compromiso - hasta las últimas consecuencias - con los más humildes y con los más necesitados.

Esa capacidad de mirar lejos y su compromiso militante de toda la vida, sin dudas ubican a Raúl Sendic en un lugar de referente ineludible de la izquierda nacional. Su compromiso con los más humildes, su visión de la importancia del tema de la tierra y la pobreza, colocó a la izquierda frente a frente con el país auténtico, aquel que hundía sus raíces en el Artiguismo y en los componentes más esenciales de la identidad nacional.

Alejado siempre de los dogmas y sectarismos, entendió la política como un ejercicio de reflexión creativa, en función de lo social, y como un camino donde la unidad era un valor esencial. Desde sus propuestas de reforma constitucional en la década del cincuenta -y reiterada a la salida de la cárcel- para asegurar tierra para los que querían trabajarla, pasando por su Plan de Lucha por la Tierra y Contra la Pobreza y su propuesta de Frente Grande; sus acciones irán siempre en la dirección de provocar el debate y motivar a todos/as a pensar con cabeza propia.

Por ello estamos convencidos que la mejor forma de homenajear a Raúl Sendic hoy es trascenderlo, y hacer política juntos.

El Uruguay ha iniciado un proceso de transformaciones sociales, políticas y económicas que no se pueden desmerecer, ya que impacta de manera positiva en la vida cotidiana de los trabajadores y el conjunto de la población de nuestro país. Décadas de postergación, van cediendo no sin contradicciones; el trabajo, la salud y la educación comienzan a ser dignificadas. Estos avances, productos de un largo proceso, marcan sin duda un hito, una etapa por la cual necesariamente habrá que transitar, pero sin perder de vista que el horizonte, la utopía, sigue siendo construir una sociedad sin explotados ni explotadores.

En esta coyuntura, tan llena de desafíos, nos parece que mucho de lo dicho y hecho por Raúl Sendic cobra actualidad y vigencia. Nos interpela y nos obliga.

Creemos que la izquierda debe discutir el tema del poder, con elevación conceptual.

El poder no es estático, por eso ni se toma ni se entrega. Pensamos que hay que tener una apuesta decidida a generar más poder en la sociedad y en las personas, porque el poder aumenta y se multiplica en la medida que se gestiona. La capacidad de actuar colectivamente aumenta el poder, genera nuevos escenarios y replantea contradicciones. También aumenta las esferas de poder la posibilidad de decidir individualmente y de arriesgar. Por eso, una estrategia de liberación debe plantearse como horizonte más poder para todos y todas. Más autonomía de las organizaciones sociales para que no sean poleas de transmisión de los partidos. Más poder económico a la economía social y cooperativa - para que impulse espacios económicos modernos y eficientes con una lógica de apropiación social de los beneficios; más acceso a la comunicación a grupos comunitarios; más gestión de recursos por parte del espacio asociativo, más voluntariado para la gestión de políticas públicas, más descentralización para fortalecer la dimensión local de la democracia; más control social de usuarios y ciudadanos de todas las políticas para favorecer un desarrollo sustentable.

En suma, más poder para todos y para todas para no estatizar a la sociedad. Una izquierda que transforma deja huellas en el tejido social y en la geografía organizativa de la sociedad. Instala nuevos relatos, nuevas demandas y posiciona nuevos actores sociales. En suma, transforma la arquitectura del poder en la sociedad. Por eso la gestión del Estado es un medio para fortalecer la autonomía de la sociedad y de las personas. No es un fin en sí mismo. Nuestra apuesta es a multiplicar el poder, más poder para todos y todas

Hoy vislumbramos que una de las tareas de nuestra generación, será colaborar para implementar un proyecto refundacional de la izquierda, donde las “nuevas fronteras” sean la libertad, la democracia plural, el autogobierno y la descentralización, el control y dominio de las tecnologías, la solidaridad, la supremacía de la ley, y la negociación como base de la resolución de conflictos.

A ello se deben agregar problemas claves que deberemos enfrentar en este siglo XXI: la ecología y el medio ambiente, la distancia creciente entre el Norte y el Sur, y los vacios éticos derivados de los procesos individualistas extremos, a los que han estado sometidas nuestras sociedades con evidentes y profundas huellas culturales e ideológicas.

Consideramos que los lineamientos políticos de la izquierda deben ser reformulados; valores históricos en la izquierda como el rol del estado, el discurso populista y el excesivo proteccionismo de estado, han ido perdiendo vigencia. Esto no significa “hacerse cargo” de las recetas neoliberales de las últimas décadas, sino asumir el desafío de construir alternativas, donde sea posible realizar procesos de reconversión y crecimiento sustentables.

Un segundo plano de reformulación es el referido al rescate de la democracia formal como sistema de reglas y valores. Frente a las propuestas de “privatización del estado o estatización de la sociedad”, el desafío es realizar políticas de democratización en ambos sentidos a través de la generación de ámbitos que aseguren una actividad colectiva, el acceso a la información, la transparencia, la participación y descentralización de las decisiones.

Un tercer plano de actuación es el referido a la construcción de un modelo de desarrollo que articule lo social (distribución justa de la riqueza), lo económico (planificación del crecimiento) y medio ambiental;

Todo ello nos obliga a seguir comprometidos en un camino que concibe la actividad política en un sentido amplio, y al servicio de los más necesitados.

Que privilegia la unidad pero no la unanimidad, que reivindica las organizaciones políticas pero también los movimientos sociales.

Que concibe a un hombre nuevo, autónomo, libre, solidario y comprometido con su tiempo.

Que nos exige ser humildes y autocríticos; pero también serios y creativos.

En definitiva con todas nuestras contradicciones a cuestas, ser cada día un poco mejores.

Hoy la tarea es tender puentes, construir espacios cada vez mas democráticos, reivindicar la política como una herramienta al servicio de los mas necesitados y la sociedad toda. Elevar la mirada y ser profundamente tolerantes, así sin dudas estaremos homenajeando a Raúl Sendic y encontrándonos un poco mas cerca de ese objetivo. Porque al final como al principio , todo es plan y fantasía. Y una vez más, Raúl, de tus manos tomamos la bandera que flamea con la esperanza de que más temprano que tarde: Habrá Patria para Todos.

MUCHAS GRACIAS


 

 

 
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